
Cuando somos adultos, nuestra ventana por la que vemos el mundo esta manchada por los sufrimientos que hemos experimentado por lo que no somos capaces de ver las cosas de una forma nueva o abrazar la belleza presente. Al haber perdido la inocencia, perdemos la magia, nos pecibimos vulnerables, llenos de defectos y debilidades y tratamos de contener nuestra aparente fragilidad dentro de una falsa ilusion de control.
Durante la infancia empezamos a aprender los codigos de manipulacion que debemos usar par recibir lo que queremos, nos limitamos y nos volvemos dependientes del afuera. Aprendemos a como complacer a nuestro entorno para adquirir lo que queremos.
Los adultos pasamos la mayor parte del tiempo juzgando y calculando lo que esta mal en el exterior, y nos comportamos de acuerdo a normas y reglamentos que guian nuestro comportamiento dentro de una esfera social. Siempre etiquetamos las cosas y tratando de encajonarnos dentro de una forma de ser "ideal". Vivimos inmerso dentro de un mundo de juicios y quejas.
El gran reto que tenemos como seres humanos es elevarnos por encima de nuestros prejucios y miedos y abrazar el mundo que nos rodea con inocencia y dichosa aceptación. Sabiendo que no hay nada malo, y que estamos anclado en el aqui y el ahora y que todo es perfecto tal como es, sin que esto signifique que no queramos mejorar nuestra situación y crecer como personas. El mundo constantememte esta avanzando, pero si escogemos abrazar la belleza de lo que sucede ahora en lugar de enfocarnos en lo que percibimos como malo, el amor crecerá y no el miedo, y al hacer estos nos volvemos mas poderosos y podremos realizar cambios en nuestras vidas, y nuestras circunsancias externas se vuelven cada vez mas enriquecedoras y plenas
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