19 de enero de 2010

Un cambio de conciencia

SantaRosa01 La mayoría de la gente  tiene un enfoque de su vida basada en la pregunta ¿qué quiero yo de la vida?, en lugar de mirar el propósito mayor… , ¿qué quiere Dios de mi? …. Esta pregunta es más relevante que la de  ¿qué quiero yo de la vida?.  Está bien preguntarse sobre lo que uno quiere de la vida,  pero más importante es la pregunta, ¿qué quiere la vida de mi?, ¿cómo encajo yo?, ¿cual es la totalidad?, ¿cual es mi lugar dentro del todo?

Para poder despertar al propósito que uno tiene en la vida, una de las cosas que debemos hacer es no intentar decirle a la vida cuál es nuestro propósito, ni tampoco ir por ahí intentado definirnos a nosotros mismos. Lo que hay que pedirle a la vida es que te diga cual es el propósito que tiene para ti. La respuesta puede que no venga inmediatamente. Lo primordial es que a la hora de pedir esto a la Vida, es propiciar momentos de tranquilidad para no estar continuamente absorto en el incesante ruido mental que llamamos pensamiento… del cual la mayoría es innecesario y repetitivo.

Jesús dijo: “mira los lirios del campo“. Cuando él dijo eso, no estaba diciendo una cosa tan simple como “mira “. Él quería decir “mira… pero mira de verdad… porque hay algo que ellos representan, algo que tú también tienes pero que pierdes por toda tu ansiedad y tu pensamiento“. Él utilizó el reino natural de las flores, para hacer que la gente entrara en contacto con la dimensión de  su interior.

Hay que dejar de etiquetar a la gente y a las situaciones. Esto es  difícil porque la gente invita a las etiquetas también por culpa de estar tanto dentro de la mente. Ellos te etiquetan a ti, tú les etiquetas a ellos. Pero la naturaleza es el punto de comienzo donde uno puede empezar a encontrar un nuevo tipo de relación.
Y tanta gente está atrapada en el continuo ruido mental que absorbe toda su atención todo el tiempo. Cada pensamiento absorbe su atención totalmente. No ven que el mundo alrededor de ellos está lleno de vida. Así que gradualmente conforme la gente envejece, el mundo a su alrededor se vuelve más vacío de vida y muerto.
Simplemente porque funcionan en base de abstracciones mentales. Todos los conceptos y los pensamientos son abstracciones, no tienen vida. Es como que no puedes asimilar la información que está ahí esperando a ser percibida porque estás tan absorto en tu cabeza. Es como que estás perdido en tu pensamiento. Uno podría decir que esa es la condición humana, el estar perdida en el pensamiento. Lo que llamamos la voz en nuestra cabeza.

La religión puede ser una puerta abierta hacia la espiritualidad o una puerta cerrada. Puede impedirte llegar a lo más profundo. Si profundizas lo suficiente en tu religión, entonces ves que todas van al mismo lugar. Se trata de un nivel más profundo simplemente, no hay conflicto alguno. Lo más importante es que la religión no se convierta en una ideología. Es ahí cuando la religión se convierte en una puerta cerrada… Pero también puede ser una puerta abierta.

Necesitamos observar nuestra propia mente. Es responsabilidad de todo el mundo el ser conscientes de nuestros procesos mentales condicionados: cómo reaccionamos a las situaciones que se dan en el día a día, qué clase de pensamientos tenemos en nuestra cabeza. Es bueno no amplificar la negatividad que vemos alrededor por medio de no reaccionar a ella. Hay que estar muy alerta para ver lo que tu mente está haciendo. Así que obsérvala. Estate presente como el testigo de tu mente para que esta dimensión en la que la observas, la cual es conciencia o presencia, pueda crecer. No eres tus procesos mentales. Estos procesos están afectados por miles de años de condicionamiento humano. Y hay una disfunción inherente a cada estructura de pensamiento. Es a través de esto que el ego surge.

La voz en tu cabeza, es el pensamiento condicionado. La voz, o más bien lo que la  voz dice está condicionado por tu pasado, tu infancia, tu educación y la cultura que te rodea.  Todas esas cosas condicionan tus procesos mentales. Cuando empiezas a despertar, cuando el  proceso empieza dentro de ti, muchas veces estos pensamientos viejos vuelven una y otra vez a tu  cabeza. Lo principal es simplemente reconocerlos como lo que son, procesos mentales condicionados. Porque el hecho de que estés haciendo esta pregunta significa que ya hay una  conciencia ahí que ve estas voces en tu cabeza, así que no estás totalmente identificada con ellas.  Porque si lo estuvieras dirías “Me siento fatal, creo que no debería estar haciendo esto“. Sin embargo te das cuenta de que es la voz en tu cabeza la que hace esto. En esos momentos puedes  decirte a ti misma: “Vale, aquí hay un pensamiento antiguo“… y dejarlo estar, simplemente ser la  conciencia detrás del pensamiento. Esto no es algo que te pase sólo a ti, le pasa a todo el mundo.  Hay muchos otros momentos en los que la gente es objeto del proceso mental que les dice haz  esto o aquello, interpretando sucesos o personas de acuerdo con los condicionamientos antiguos,  con los prejuicios. Así que la única manera en la que de forma gradual puedes ir más allá del  proceso mental condicionado es simplemente mediante estar ahí ejerciendo la función de testigo  de la mente. No necesitas actuar o decir nada como “Vete, no quiero pensar esto“. Eso no funciona.

En la medida de lo posible, sé consciente de lo que tu mente está diciendo, date cuenta de que es  sólo una parte pequeña de la totalidad de tu conciencia, la totalidad que tú eres, mucha gente no sabe eso todavía. Se sienten “uno” con la voz. Son la voz. Y están tan identificados con cada  pensamiento que les surge que no hay espacio entre ellos y sus pensamientos. Así que algo  esencial es darse cuenta de esto y simplemente estar ahí en el espacio del pensamiento. 

Y el pensamiento es sólo una parte …..Una pequeña parte, es la parte condicionada de quién eres. Una dimensión más  relacionada con el tiempo, condicionada por el pasado. Pero luego hay otra parte que tiene que  ver más con tu esencia y esa es la conciencia que sabe que hay... La conciencia del pensamiento.
“No te conviertes en una buena persona por  medio de intentar ser bueno sino por medio de encontrar la bondad que ya está dentro de ti y  dejando que esa bondad salga. Pero sólo puede salir si algo fundamental cambia en tu estado de conciencia.

Eso significa que si nada cambia en tu estado de conciencia, le dejas el terreno libre al ego, y él tiene muchas ideas para ocuparlo. Puede decir: “Quiero ser una persona espiritual”. “Quiero ser más espiritual que los demás”. “O por supuesto que soy más espiritual que  tú“. El ego tiene muchas ideas para las cosas que quiere ser, puede que incluso diga “Sí, quiero ser  bueno“. Porque desea conseguir una imagen mejor de sí mismo pero a ese nivel la disfunción básica del ego está presente. De ahí viene la frase “el camino al infierno está lleno de buenas  intenciones“. Porque no importa cómo de buenas sean tus intenciones, cuando estás atrapado por el ego, siempre encontrarás un conflicto.

Así que tienes que ir a un nivel más profundo que éste de los opuestos donde     existe el bien y el mal. Y encontrar un lugar dentro de ti que no esté condicionado, lo que  llamamos la conciencia sin forma y que el Antiguo Testamento describe al decir “Estate tranquilo    y conoce que soy Dios“. Eso está en el Antiguo Testamento y resume en unas pocas palabras toda la     sabiduría de la religión. “Estate tranquilo“ quiere decir que vayas a ese lugar donde la mente no  funciona, donde eres conciencia sin pensamiento. En ese nivel reside lo Eterno, lo que no tiene    forma, el espíritu, la esencia de cada ser humano. Sin importar lo conflictivo que pueda parecer en  la superficie, cada ser humano lleva dentro esa dimensión intacta. No hay nada que puedas hacer a   alguien o que alguien te pueda hacer a ti, que pueda destruir eso.     
El punto de acceso es el momento presente. Este es el que te da el poder de entrar en ese estado de conciencia. Así que necesitamos aprender a encontrar en nuestra vida diaria, tan a menudo como sea posible, la puerta del ahora. Porque si no lo hacemos, nos dejamos arrastrar continuamente por los años de condicionamiento de la mente, de los procesos de  pensamientos viejos, de las reacciones antiguas, etc. Hay muchas cosas pequeñas que puedes hacer para acceder al poder del momento presente. Por ejemplo, algo muy simple es preguntarte:  ¿estoy respirando todavía? ¿Qué significa eso? Significa que para confirmar ese hecho, tu atención va a tener que ir desde tu pensamiento hasta el aparato respiratorio. Y de repente puedes sentir como el aire fluye entrando y saliendo de tu cuerpo. En el momento en que confirmas la respiración estás entrando en el escenario de la Presencia. Aunque sólo sea durante 5 segundos pero ya has entrado allí. Has estado presente.

Y la forma en la que la mayoría de la gente vive es que hacen las cosas siempre con un objetivo posterior en mente, siempre queriendo llegar al siguiente momento. Así que nunca estás concentrado en el momento Porque siempre quieres llegar al próximo momento. Te estás lavando las manos para hacer otra cosa. O estás haciendo el café pero en realidad ya quieres estar tomándotelo, la gente está físicamente en la ducha mientras su cabeza ya está en la oficina y por eso siempre se pierden la experiencia de tomar esa ducha.
Y entonces todo lo que haces es un medio para llegar a un fin. El fin siempre se encuentra en el próximo momento en el futuro, el cual nunca llega, porque todo lo que tenemos es siempre un momento presente. Por eso se sienten continuamente frustrados, creando ansiedad para ellos y más estrés. Y el Poder sólo puede fluir en tu vida cuando estás completamente presente, siendo uno con lo que estás haciendo. Esta es la razón por la que la mayoría de las personas no tienen este Poder en su vida, porque siempre están esperando lo próximo que va a ocurrir, desatendiendo el momento presente.

"Evolucionar o morir“ se refiere a la humanidad en su conjunto, se trata de la supervivencia de la especie. E incluso si la humanidad no sobreviviera como especie, no se habría perdido nada que se haya ganado a nivel de conciencia, a nivel de la totalidad universal. Nosotros somos tan sólo formas que nacen de la conciencia y la conciencia es el proceso evolutivo del universo. Formamos parte de la evolución de la conciencia con nuestra forma humana pero la conciencia puede utilizar millones o miles de millones de otras formas para evolucionar desde la dimensión de lo no‐manifiesto. En esa dimensión la conciencia ya es perfecta, o Dios, o lo que tú lo llames. Allí no hay tiempo, ni cambio, sólo perfección. Y después está la dimensión de lo llamado  “manifiesto“, la cual algunos antiguos maestros describieron como una especie de sueño mediante el cual la conciencia quiere penetrar en este mundo, evolucionando a través de él. Así que se podría decir que Dios o la Conciencia, de forma gradual, va penetrando en este mundo y  emergiendo a través de nosotros. La densidad de la forma poco a poco se va perdiendo.  Pero incluso si la humanidad no consiguiera sobrevivir, nada de lo que se ha ganado se perdería porque en última instancia no somos simplemente esta forma humana que tenemos, no somos el cuerpo que podemos ver y que está sentado ahora en esa silla. Esencialmente somos conciencia en sí misma que temporalmente se está expresando de esta manera. Y por su puesto, un día esta forma tendrá que desaparecer porque la conciencia continúa con su camino. La conciencia está en
constante evolución, continua metamorfosis, es un proceso maravilloso y no hay que tenerle  miedo porque cuando hablo de evolucionar o morir, sólo hablo de la especie humana como tal, pero en última instancia nada muere, sólo se transforma.

Bueno, no hay nada malo. Aunque es fácil reconocer si algo proviene del ego porque cuando lo consigues no te sientes satisfecho. Eso es siempre una señal. O puede que te satisfaga durante un momento pero al rato pensarás que necesitas más o que necesitas otra cosa.  Así que en cierto modo puedes utilizar esto como un proceso de aprendizaje en el que manifiestas cosas y entonces ves si de verdad te han traído satisfacción o no. No hay nada malo en manifestar cosas en esta dimensión, lo que de verdad sería irreal es esperar que estas cosas te aportaran la satisfacción máxima que puedes encontrar en la vida. El mundo de la forma no te satisfará nunca. No puede darte la verdadera satisfacción, no puede hacerte feliz con sólo lo material.
Porque la felicidad viene de un lugar más profundo dentro de ti al que sólo puedes acceder en el momento presente. Así que está bien aceptar que vivimos en el mundo material y manifestar cosas en nuestra vida como parte del juego, el juego de las formas. Pero si esperas encontrar verdadera satisfacción ahí, entonces solo conseguirás frustrarte. Mucha gente aprende la lección, cuando de repente pierden algo. Esto se puede convertir en una excelente lección espiritual. Puede que sufras un poco pero si logras que el apego desaparezca entonces aprendes. Hay gente que lo ha perdido todo y de repente se han sentido liberados del ego por que éste ya no tenía nada con lo que identificarse. Así que esto puede ocurrir. Además otra cosa importante es que manifestar cosas en este mundo es necesario, pero la base sobre la que edificar el momento presente se construye con la total aceptación de cualquier cosa que esté ocurriendo en este momento. La gratitud es parte de eso. Si la manifestación viene provocada por una necesidad, entonces no lo estamos haciendo bien porque la necesidad implica el no estar satisfecho con algo, y eso significa que no aceptas el momento presente. El ego puede decirte que necesita muchas cosas pero lo más importante es aceptar las cosas como son en primera instancia.

No importa donde estés, acepta tu realidad, hazte amigo del momento presente. Porque si no lo haces, entonces al negar el momento presente, negarás también la vida, ya que la  vida sólo sucede en el ahora.
“Cuánto más conviertes tus pensamientos o creencias en tu identidad, más  separado de la dimensión espiritual te encontrarás“. “Lo espiritual que seas no tiene nada que ver con las cosas en las que crees...“
--Bibliografia: Eckhart Tolle:  “El poder de uno”

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