Confía en ti mismo. Crea el tipo de vida que te gustará vivir a lo largo de tu vida. Aprovecha el máximo de ti mismo atizando las diminutas chispas interiores de posibilidad para que sean llamas de realización.--Foster C. McClellan
El propósito de la vida es una vida con propósito. Los verdaderamente esclarecidos saben lo que quieren obtener de la vida, emocional, material, física y espiritualmente. Definir claramente tus prioridades en cada aspecto de tu vida ofrecerá orientación y refugio cuando las cosas se pongan difíciles.
La felicidad duradera se consigue trabajando constantemente para alcanzar tus objetivos y avanzar en la dirección que te has fijado. No hay otro secreto para atizar el fuego que tienes agazapado dentro de ti.
Cuando uno sabe con claridad qué objetivos desea alcanzar en el curso de su vida, ya sean materiales, emocionales, físicos o espirituales, al final encuentra la alegría eterna. A todos se nos ha concedido una serie única de dones y talentos que nos permitirán realizar nuestra tarea terrenal. La clave está en descubrirlos y, de paso, descubrir cuál es el objetivo prioritario. La felicidad que estás buscando vendrá a través de la reflexión sobre los objetivos que te hayas marcado, de las medidas que tomes a diario para conseguirlos. Las personas más desarrolladas y realizadas comprenden la importancia de explorar sus talentos, averiguar su propósito personal y aplicar sus dones humanos en esa dirección.
Fijarse metas es el punto de partida. Proyectar tus objetivos libera la creatividad que te ponen en el camino de tu finalidad en la vida. Fijarte objetivos cambiará radicalmente tu vida. Tu mundo se volverá más pleno, más placentero y más mágico.
Goethe dijo que «estamos hechos y moldeados por lo que amamos».
Método de cinco pasos para hacer realidad el propósito de sus vidas.
El primer paso es formarse una clara imagen mental del resultado. la mente es una verdadera mina de poder y que este simple imaginar mi objetivo abrirá las puertas para la consecución de mi deseo.
El segundo paso consiste en someterme a mí mismo a presiones positivas. La presión no es siempre algo malo. Puede inspirarte para alcanzar grandes cosas.
El tercer paso: nunca te marques una meta sin fijar un plazo. Para insuflar vida a un objetivo, has de fijarle un plazo muy preciso.
Cuarto paso-La regla mágica del 21: para que un comportamiento nuevo cristalice en hábito, hay que realizar esa nueva actividad durante veintiún días seguidos.
Quinto paso y último paso, es aplicable en la medida en que avanzas por el sendero de tu vida. Debes disfrutar del proceso. Nunca olvides la importancia de vivir con júbilo desbordante. Nunca descuides la exquisita belleza que hay en todas las cosas vivas.
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