1 de abril de 2010

Enseñanzas del Monje que Vendio su Ferrari(2)Encender el fuego interior


Confía en ti mismo. Crea el tipo de vida que te gustará vi­vir a lo largo de tu vida. Aprovecha el máximo de ti mismo ati­zando las diminutas chispas interiores de posibilidad para que sean llamas de realización.--Foster C. McClellan735305
El propósito de la vida es una vida con propósito. Los verdaderamente esclarecidos saben lo que quieren obtener de la vida, emocional, material, física y espiri­tualmente. Definir claramente tus prioridades en cada aspecto de tu vida ofrecerá orienta­ción y refugio cuando las cosas se pongan difíciles.
La felicidad duradera se consigue trabajando constante­mente para alcanzar tus objetivos y avanzar en la dirección que te has fijado. No hay otro secreto para atizar el fuego que tienes agazapado dentro de ti.
Cuan­do uno sabe con claridad qué objetivos desea alcanzar en el curso de su vida, ya sean materiales, emocionales, físicos o es­pirituales, al final encuentra la alegría eterna.  A todos se nos ha concedido una serie única de dones y talentos que nos permitirán realizar nuestra tarea te­rrenal. La clave está en descubrirlos y, de paso, descubrir cuál es el objetivo prioritario.  La felicidad que estás bus­cando vendrá a través de la reflexión sobre los objetivos que te hayas marcado, de las medidas que tomes a diario para conse­guirlos.  Las perso­nas más desarrolladas y realizadas comprenden la importancia de explorar sus talentos, averiguar su propósito personal y aplicar sus dones humanos en esa dirección.
Fijarse metas es el punto de partida. Proyectar tus objeti­vos libera la creatividad que te ponen en el camino de tu finalidad en la vida. Fijarte objetivos cambiará radicalmente tu vida. Tu mundo se volverá más pleno, más placente­ro y más mágico.
Goethe dijo que «estamos hechos y moldeados por lo que amamos».

Método de cinco pasos para hacer realidad el propósito de sus vidas.
El pri­mer paso es formarse una clara imagen mental del resultado. la mente es una verdadera mina de poder y que este simple imaginar mi objetivo abrirá las puertas para la consecución de mi deseo.
El segundo paso consiste en someterme a mí mismo a presiones positivas. La presión no es siempre algo malo. Puede inspirarte para alcanzar grandes cosas.
El tercer paso:  nunca te marques una meta sin fijar un plazo. Para insuflar vida a un objetivo, has de fijarle un plazo muy preciso.
Cuarto paso-La regla mágica del 21: para que un comportamiento nuevo cristalice en hábito, hay que realizar esa nueva actividad durante veintiún días seguidos.
Quinto paso y último paso, es aplicable en la medida en que avanzas por el sendero de tu vida. Debes disfrutar del proceso.  Nunca olvides la impor­tancia de vivir con júbilo desbordante. Nunca descuides la ex­quisita belleza que hay en todas las cosas vivas.

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