9 de enero de 2013

Una reflexión

Lo que cada uno posee en el corazón, es lo que da a los demas.
Si llevas a Dios dentro de él, darás cosas buenas,
como el querer compartir de lo que tienes, llevarás amor
en tu trato, en tus gestos, en tus palabras, en tus sonrisas, etc. 

Pero si no lo llevas, su ausencia provoca el mal, darás cosas negativas, 
tu trato hacia los demás será rudo, sin amor,
sin alegría, egoísta, y te llevará a hacer daño,
muchas veces con consecuencias inolvidables.
Nunca es tarde para buscar a Dios y para cambiar,
es mucho más lindo que te amen, que te aprecien,
que te recuerden por tus buenas acciones.

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