21 de abril de 2011

El miedo y el fracaso

Cuantas veces dejamos de hacer cosas que deseamos, porque nos invade una especie de terror a que las cosas nos salgan mal, y hacer el ridículo. Nuestros miedos se hacen más fuertes que nuestros sueños y por eso no logramos lo que nos proponemos y a veces ni siquiera intentamos plantear cumplir un deseo. Nos atormentamos pensando: “¿Y… si no sale bien?”
El miedo nos dice que fracasar sería una catástrofe en nuestra vida, cuando en realidad el fracaso es solo una etapa en nuestras vidas, la que nos permite aprender, crecer, buscar otros caminos para llegar hacia donde esta nuestra meta. Muchas veces el éxito se esconde detrás del fracaso solo hay que saber ver la oportunidad que se nos presenta.

El miedo al fracaso solo es una invención de nuestra mente, surge de nuestra imaginación y es totalmente irreal. Imaginamos y visualizamos un resultado negativo de nuestras acciones, que en realidad no han ocurrido, pero la imaginación nos parece tan real que nos paraliza y entramos en el bloqueo emocional. Simplemente nos lo hemos imaginado y lo hemos creído. El miedo dificulta mucho el camino hacia lo que perseguimos. Frena la energía y provoca fatiga a la hora de dar el siguiente paso. Tenemos que aprender dar la cara al miedo y de esta manera veremos que es mucho más pequeño de que parecía al principio. Cuando nos hacemos conscientes de nuestro miedo, el terror deja de tener poder sobre nosotros.

Nunca reprimas tus miedos. No puedes pasar todo el tiempo reprimiendo el miedo. Cuando reprimas el miedo, una vez que el vuelve a salir a la superficie golpeará con más fuerza. No se puede evitar tener miedo. Cuando damos la cara al miedo - la fuerza de ese que nos perseguía como sombra al cuerpo empieza a disminuir.

Acepta tus miedos. El miedo sólo es una sensación que se presenta cuando te atreves con algo nuevo y abandonas la zona de confort. Acéptalo y siéntelo. Pregúntate: “¿ A qué temo exactamente?”, “¿ Cómo sería exactamente fracaso ?”. Al observar cualquier fantasía de fracaso, el miedo se reduce. Ten preparado un plan de emergencia y piensa algunas medidas de salvación. Se duerme mucho más tranquilo cuando se tiene un plan “B” en el bolsillo.

No te detengas. No intentar lograr lo que se propone, por miedo al fracaso, es como no vivir por miedo a morir.
Hay que arriesgarse y asumir nuevos retos. Recuerda que en la vida se avanza aprendiendo de los errores sin perder el entusiasmo, el carácter y la iniciativa. No te detengas, da el siguiente paso y descubrirás que la realidad no es tan terrible como el miedo te hacía creer.

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