16 de junio de 2009

Apuntes de Vida (5) - 16 Junio

Cuando quieras una cosa todo el universo conspira para que la consigas, todos los actos de nuestras vidas hacen que tendamos a reencontrarnos con nuestro camino, hay cosas que son colocadas en nuestras vidas para reconducirnos al verdadero camino de nuestra leyenda personal. Otras surgen para que podamos aplicar todo aquello que aprendimos. Y, finalmente, algunas llegan para enseñarnos.
El hombre no puede luchar contra su destino: El hombre nació para traicionar su destino. Dios coloca en los corazones tareas imposibles.
Todo hombre tiene derecho a dudar de su tarea a abandonarla de vez en cuando; lo único que no puede hacer es olvidarla. Quien no duda de si mismo es indigno, porque confía ciegamente en su capacidad y peca de orgullo. Bendito el que pasa por momentos de indecisión.
No es difícil reconstruir una vida. Basta tener conciencia de que continuamos con la misma fuerza que teníamos antes, y usar esto a nuestro favor. Si tienes un pasado que no te deja satisfecho, olvídalo ahora. Imagina una nueva historia para tu vida, y cree en ella. Concéntrate sólo en los momentos en que conseguístes lo que deseabas, y esta fuerza te ayudará a conseguir lo que deseas ahora.

Todo ser humano en algún momento, verá una tragedia cruzar por su vida; podrá ser la destrucción de algo querido, la muerte de un ser querido, una acusación sin pruebas, una enfermedad que lo dejaba inválido para siempre. En ese momento Dios lo desafiará a enfrentarlo y a responder a una pregunta ¿Por qué te aferras a una existencia tan corta y tan llena de sufrimiento? ¿Cuál es el sentido de tu lucha?. Entonces el hombre que no sabe responder a esa pregunta se conforma. Mientras que el otro, que buscaba un sentido para la existencia, consideraba que Dios había sido injusto y decidirá desafiar su propio destino. Es en ese momento que el fuego de los cielos desciende. No aquel que mata sino el que destruye las antiguas murallas y da al ser humano sus verdaderas posibilidades. Los cobarde nunca dejan que su corazón sea incendiado por ese fuego; todo los que desean es que la nueva situación vuelva rápidamente a ser como era antes, para poder continuar viviendo y pensando de la manera a la que estaba habituado. Los valientes, en cambio, prenden fuego a lo que era viejo y, aunque a costa de un gran sufrimiento interior, abandonan todo y siguen adelante.

Los valientes siempre son obstinados
Dios sonríe porque es lo que quería, que cada uno tenga en sus manos la responsabilidad de su propia vida. Al fin y al cabo uno de los mas grandes dones de lo hombres es el de decidir y escoger sus actos. Solo los grandes hombres tienen la capacidad de enfrentarlo y solo estos conocen el camino de vuelta hasta su amor, pues entendían finalmente que la tragedia no es un castigo sino un desafío. El hombre precisa escoger y no aceptar su destino.
Las tragedias nos da una oportunidad. La de reconstruir nuestras vídas

Los niños tienen la capacidad de superar rapidamente las tragedias, porque no tienen pasado, todo lo que cuenta para ellos es el momento presente, procuremos actuar como los niños.
Un guerrero es siempre consciente de aquello que vale la pena por el que luchar. No entra en combates que no les interesa, y nunca pierde su tiempo en provocaciones.

Un guerrero acepta su derrota. No lo trata como algo diferente, ni intenta transformarla en victoria Se amarga con el dolor de la perdida, sufre con la indiferencia y se desespera con la soledad. Pero después que pasa todo eso, lame sus heridas y recomienza de nuevo. Un guerrero sabe que una guerra esta compuesta por muchas batallas. Y sigue adelante.
Las tragedias ocurren. Podemos descubrir la razón, culpar a otros, o imaginar que diferentes habrían sido nuestras vidas sin ellas. Pero nada de eso tiene importancia: ya paro y listo. A partir de ahí tenemos que olvidar el miedo que nos provocan e inicar la reconstrucción. Las tragedias nos prueban de lo que somos capaces, aun en las peores circunstancias debemos de seguir adelante.

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