Vivimos atrapados por esta matrix, la cual se convierte en una especie de red y nos imaginamos que esta red es todo lo que hay, y nos encontramos limitadas a los pensamientos que vamos aprendiendo desde niño.
A causa de las creencias limitantes de la matrix mental, es más fácil para nostros escuchar a alguien diciendonos que somos mediócres, ordinarios o pocos especiales, antes que escuchar la voz que dice que somos grandiosos y capaces. Muchos creemos que no somos buenos como otras personas. Desde temprana edad recibimos mensajes que no dicen que somos inadecuados inútiles y hasta estúpidos
En lugar de volar alto, inspirados en la grandiosidad de la vida, la mayoría de nosotros juega a la pequeñez. Sencillamente no vemos nuestra grandeza, entonces encarnamos el pobre significado de nosotros mismos que hemos adoptado de nuestra famila, de nuestra escuela y de la sociedad en general. A consecuencia de esto, damos vueltas en un ambiente nebuloso buscando incesantemente paz, amor y felicidad.
Anhelamos la libertad absoluta, queremos ser todo lo que podemos ser, pero en lugar de esto nos aferramos a la rama de la mediocridad. Pasamos a ser dominados por la matrix de la mente, como si la forma en que pensamos de nosotros mismos es todo lo que realmente somos.
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