Te empeñas en buscar la dicha en el mundo exterior sin plantear la pregunta fundamental: «¿Dónde la has perdido?». Y no te das cuenta que la has perdido dentro. Lo buscás fuera por la sencilla y lógica razón de que tus sentidos están abiertos hacia el exterior. Tus ojos miran hacia fuera, Tus oídos escuchan hacia fuera, Tus manos se tienden hacia fuera; por eso estás buscando fuera. Por lo demás te aseguro que no lo has perdido ahí, y lo digo por experiencia propia. Yo también he buscado fuera durante muchas, muchas vidas, y el día que miré dentro me llevé una sorpresa
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