12 de abril de 2010

El Pensamiento

Cada persona es creadora de su propia realidad, aquella realidad que queremos tener, es una consecuencia de nuestra conducta; la misma que es consecuencia de nuestros pensamientos.
El Aforismo, “Como un hombre piensa en su corazón, así es él,” no sólo abarca su ser, sino que llega a comprender cada condición y circunstancia de su vida. Un hombre es literalmente lo que piensa, siendo su carácter  y conducta la suma de todos sus pensamientos. Así que cuando cambiamos nuestros pensamientos podremos cambiar nuestra realidad
Así como una planta brota de su semilla, cada acción de un hombre brota de las semillas invisibles del pensamiento, y no podrían existir sin ellas. Lo anterior es aplicable por igual a aquellos actos considerados “espontáneos” y “no premeditados” como a aquellos que son deliberadamente ejecutados.


Las acciones son brotes del pensamiento, y la dicha y el sufrimiento son sus frutos. De este modo el hombre cosecha los frutos dulces y amargos que él mismo siembra. Los pensamientos en la mente nos hacen lo que somos. Nos forjan y modelan. Si albergas en tu mente pensamientos inferiores, el dolor te seguirá como sigue el arado al buey. Si en cambio tus pensamientos son elevados, te seguirá la dicha como tu propia sombra; es un hecho.
El desarrollo del hombre está gobernado por leyes,  y la ley de causa y efecto es tan absoluta e inevitable en el reino oculto de los pensamientos como lo es en el mundo de los objetos visibles y materiales. Con la elección y aplicación de los pensamientos correctos el hombre asciende a la perfección divina. Con la aplicación y el abuso de los pensamientos incorrectos, desciende bajo el nivel de las bestias. Entre estos dos extremos están todas las categorías del carácter, y el hombre es su maestro y hacedor. De todas las maravillosas verdades del alma que han sido recuperadas y redescubiertas en esta era, ninguna más grandiosa y fecunda de divina promesa y esperanza que esta – el hombre es el amo del pensamiento, forjador del carácter, creador y modelador de condiciones, entorno y destino.

El hombre es siempre el amo y señor, aún en su estado de mayor debilidad y abandono; pero en su debilidad y degradación es el amo necio que gobierna mal sus asuntos. Cuando empieza a reflexionar acerca de su condición, y a buscar diligentemente la Ley que lo llevó a ese estado, se transforma en el amo sabio, canalizando inteligentemente su energía, y elaborando pensamientos fructíferos. El hombre es sabio, sólo si llega a  serlo descubriendo dentro de sí mismo las leyes del pensamiento; descubrimiento que es resultado de aplicación, auto-análisis, y experiencia.

 
La mente es un motor que puede impulsarnos a la derrota o al triunfo. La mayoría de nosotros desde la niñez fuimos incorporando día a día mensajes de aliento o de desaliento que quedaron grabados a fuego en la mente. Si poco a poco tratáramos de reemplazar los pensamientos negativos que nos invaden por pensamientos positivos nos sentiríamos mejor, nos enfermaríamos menos y la vida nos resultaría más simple... más sencilla. Cuando fijamos un pensamiento negativo en nosotros ante determinada situación, el mismo se reitera ante situaciones iguales o semejantes a lo largo de nuestra vida. Los pensamientos son fuerza y energía que genera la mente. Por lo tanto es importante impregnarnos de pensamientos positivos y estimulantes y además tener fe en nosotros mismos.

Si ante los desafíos que nos presenta la vida dejamos que nos dominen pensamientos negativos, de desvalorización, de desamor, de desaliento esos pensamientos nos llenaran de piedras el camino y en determinados momentos decidiremos dejar de caminar por él o detendremos momentáneamente la marcha.

Es importante cuando anhelamos algo tener pensamientos positivos: fuerza, fe, y un íntimo deseo de ver lo que deseamos como una realidad. Dejar de lado el miedo, la inseguridad, sentirnos seguros y asumir que somos capaces, que vamos a poder, que somos valiosos e importantes. Debemos eliminar los NO PUEDO que tantas veces nos hacen perder oportunidades maravillosas y únicas. Todo depende de nosotros... de nuestros pensamientos.Todos transitamos por la misma ruta. Podemos ver las piedras del camino como grandes e insuperables obstáculos o podemos verlas como pequeños desafíos.

Podemos tropezar, levantarnos y seguir con fe y esperanza o podemos quedarnos paralizados allí... Depende pura exclusivamente de nosotros.

Bibliografía: Allen Janes - Como el hombre piensa

No hay comentarios:

Publicar un comentario