23 de julio de 2010

“EL CUERPO DEL DOLOR”.

Resúmen de las Clases de Eckhart Tolle
La mente humana parece estar enganchada al “yo y su historia”, en un constante parloteo que mantiene las emociones negativas vivas y lo personaliza todo. La mayor parte del pensamiento en las personas es “involuntario, automático y repetitivo. Es más como una especie de ruido de fondo que no sirve para nada. Estrictamente se podría decir que no piensas, sino que el pensar ocurre por sí sólo. “Pensar” necesita de una voluntad propia, implica que puedes influenciar sobre la acción de pensar de alguna manera, sin embargo la realidad es que decir “yo pienso” es tan válido como decir “yo digiero la comida” o “yo hago circular la sangre por mi sistema sanguíneo”. La digestión simplemente ocurre, la circulación de la sangre también así como el pensamiento”.
El pensamiento está ocurriendo todo el tiempo, todo el mundo piensa de manera involuntaria hasta que se da cuenta de ello, todos nos identificamos con la voz de la cabeza y sus patrones repetitivos. La mayoría de la personas se encuentran todavía ahí, centrados en su personalidad con sus continuos juicios repetitivos, fobias y filias, prejuicios y cualquier otra cosa que pueda contener la mente egoica. La gente que está atrapada ahí encuentra una identidad a través de los condicionamientos del pasado. Nos perdemos en el mundo del pensamiento.

Así que el punto más importante a la hora de “despertar” es darse cuenta de que tenemos una voz en la cabeza que no para de hablar. Cuando te das cuenta de esto, entonces empiezas a prestar atención a las cosas que la voz dice: juicios repetitivos, pensamientos negativos sobre ti mismo y otras personas, sobre situaciones. Si prestas atención, sobre todo escucharás pensamientos negativos que se repiten de manera automática, entonces te das cuenta de que sólo se trata de una historia que te has creído, algo que tú te has hecho creer, no la verdad.

Hay muchas personas que se encuentran totalmente identificadas con el pasado y lo que consiguen con eso es tener que llevar una carga pesada encima. Y creen que no son capaces de estar presentes porque el pasado se lo impide, pero no es verdad. Puedes salir del torrente del pensamiento, llevar tu atención al momento presente y automáticamente el pasado dejará de tener poder.
“cada emoción negativa que no es tenida en cuenta o aceptada en el momento en que surge, pasa a formar parte de un campo energético de emociones viejas pero muy vivas que llamamos el cuerpo del dolor”.

Las emociones negativas que vamos experimentando desde nuestra niñez van alimentando y dando forma al cuerpo del dolor, a ese campo energético. Cualquier emoción que tengas es una forma de energía, al igual que cada pensamiento que tenemos es otra forma de energía. El cuerpo de dolor se puede considerar casi como una entidad en sí misma, el cuerpo del dolor es una forma de energía. Es la forma de energía que vive dentro de ti aunque no seas consciente de ello todo el tiempo, ya que yace dormida normalmente hasta que por alguna razón se activa. Así que primero está el darse cuenta de que hay algo dentro de ti que busca infelicidad, experiencias desagradables, busca más negatividad en general porque se alimenta de estas cosas. Los pensamientos negativos alimentan al cuerpo del dolor, estos son su forma favorita de alimento.

Cuando hay una negatividad en la vida que no ha sido gestionada correctamente, esa energía termina por ir a algún lugar. Y esa energía se queda dentro de nosotros. El cuerpo del dolor toma formas, por ejemplo problemas con el peso, ser negativo hacia el exterior, tratando a los demás de forma negativa o agresiva, puede que el cuerpo del dolor provoque enfermedades.

El cuerpo del dolor es el aspecto emocional del ego, así que forma parte de él y es una entidad muy infeliz. De hecho su misma existencia consiste de vibraciones de infelicidad, así que él no quiere que pongas fin a la infelicidad porque eso significaría su muerte.

No hay que subestimar la capacidad del cuerpo del dolor de arrastrar a las personas una y otra vez al drama. Los cuerpos del dolor son muy listos y conocen exactamente que hacer para arrastrar a las personas hacia la inconsciencia.

Para no alimentar al cuerpo del dolor solo hace falta que una persona esté presente y no participe del drama. Si no estás presente, el cuerpo dolor saldrá. La rabia se apoderará de ti y entonces estarás perdido, te has metido de lleno en el drama.

No subestimes el poder del cuerpo dolor, él sabe que hacer para sacar de sus casillas a la gente que le rodea.

“Aunque el cuerpo del dolor es muy inteligente, no puede ver la diferencia entre una situación real y un pensamiento. Confunde la realidad con el pensamiento, no sabe que los pensamientos no son la realidad. Un pensamiento de temor como por ejemplo “estoy en peligro” se convierte en una realidad y provoca una reacción física en tu cuerpo aunque estés en tu cama cómodamente. Los músculos de contraen, la respiración se acelera, la energía se agita y creas un peligro que sólo es una ficción mental. Esa energía no encuentra salida de tu cuerpo y se vuelve tóxica, interfiriendo con las funciones vitales de tu cuerpo.”

Es importante ver en uno mismo la preocupación cuando surge, observar que se trata de un patrón de pensamiento negativo generado por la mente, no una realidad. Y tu cuerpo no sabe cuál es la diferencia, así que reacciona como si fuera real y toda esa energía negativa que crea, se queda dentro del cuerpo, y provoca que las personas enfermen.

Es muy importante limpiar la mente de esos patrones repetitivos que provocan negatividad, limpiar la mente de ese parloteo incesante que provoca el ego. Así que reconócelo y entonces sal del torrente del pensamiento. Utiliza cualquier técnica que veas que te funciona, por ejemplo para centrarte de nuevo en el presente, haz una o dos respiraciones conscientes. Si has estado totalmente concentrado mientras respirabas, entonces habrás conseguido parar la actividad mental. También puedes concentrarte en la sensación de vida dentro de tus manos, de tus piernas, lleva la atención al cuerpo. El objetivo es volver a centrarte en el presente.

Aunque el cuerpo sea inteligente, no puede ver la diferencia entre una situación real y un pensamiento. Así que no importa qué pensamientos tengas, tu cuerpo se creerá que es la realidad. Y las emociones que acompañan a esos pensamientos surgirán, provocando a su vez una reacción en el cuerpo. Que lo sentirá como si estuviera ocurriendo realmente en ese momento. Por otra parte esta actitud es muy adictiva Y todo eso se encuentra en la mente.

Es importante comprender que cualquier cosa que los humanos hacen es lo mejor que saben hacer, cada persona actúa según su nivel de conciencia. Nadie puede actuar por encima de su nivel de conciencia.

Jesús en la cruz lo expresó maravillosamente cuando dijo: “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”. Es fácil perdonar a una persona cuando comprendes este mensaje poderoso.

“Todas las cosas son campos de energía que vibran sin parar. La silla donde te sientas, el libro que tienes en las manos… parecen sólidos y sin movimiento pero eso es sólo porque nuestros sentidos no perciben las frecuencias vibracionales, es decir, el movimiento incesante de las moléculas”. Así que todos estamos vibrando a diferentes frecuencias, y la frecuencia vibracional del cuerpo dolor resuena con la frecuencia negativa de los pensamientos negativos o las emociones negativas de otras personas.

Hay cuerpos del dolor individuales que cada uno de nosotros tenemos debido a la negatividad que nos ha ocurrido en nuestras vidas, negatividad que no supimos gestionar correctamente en su momento… Y también hay cuerpos‐dolor colectivos que tienen las naciones o las razas.

No somos nuestros pensamientos, no sólo es que no seamos nuestros pensamientos sino que somos la Conciencia que hay detrás de ellos. Los pensamientos son simplemente un pequeña parte de la totalidad que somos. Y la Conciencia por supuesto es enorme, no tiene límites y tiene el infinito poder creativo de crear cualquier cosa con vida. Porque de ahí viene toda creatividad, esta no viene del pensamiento. El pensamiento puede ser una herramienta secundaria a la hora de manifestar algo pero la verdadera idea, el impulso, no nace del pensamiento.

La inspiración, la creatividad, no viene a través de los pensamientos. Viene a través del ser. El grado de creatividad que haya en tu vida depende de cuánto acceso tengas a ese estado dentro de ti, ese estado de conciencia, de presencia. A veces sólo hace falta acceder a él durante unos instantes, eso puede ser suficiente para tener una vida creativa.

Sin el espacio, sin la quietud, sin acceder a esa dimensión, el pensamiento no puede ser inspirado. No puede haber inspiración. La inspiración viene de un plano más profundo que el pensamiento. Nunca vas a lograr conseguir algo simplemente por medio de pensarlo. Ni vas a salir de un problema por medio de preocuparte. Es imposible porque la preocupación sólo consigue producir más problemas. Preocupándote sólo consigues estancarte en el mismo pensamiento una y otra vez. Un problema no se puede resolver desde el mismo nivel de conciencia que lo produjo en primera instancia.

En algunas personas, el cuerpo del dolor está activo todo el tiempo, y esa es una forma horrible de vivir. Para esas personas que tienen un cuerpo del dolor activo todo el tiempo, a menudo es vital el encontrar una forma de escape porque no pueden soportar ese dolor por más tiempo. Al cuerpo del dolor le encanta hacer tu vida más y más insoportable. Pero esto puede ser algo positivo también, aunque parezca mentira, el sufrir tanto puede ser el trampolín hacia una oportunidad de despertar. Cuando la vida de una persona se hace insoportable debido a la cantidad de dolor que ha generado para sí misma y para los demás, normalmente el deseo de cambio real es mucho mayor que en el de una persona que lleva una vida normal. En otras palabras, se podría decir que cuando estás teniendo un sueño relativamente agradable, no te importa seguir soñando. Pero cuando el sueño se convierte en una pesadilla, entonces de verdad quieres despertarte y salir de ahí porque no los soportas.

Cualquier emoción negativa a la que uno no se enfrenta en su momento termina por convertirse en material para el cuerpo del dolor. Deja atrás un remanente de dolor. Así que cuando nos ocurren cosas negativas, emociones negativas en la vida diaria, deberíamos aceptarlas y entrar en ellas en lugar de resistirnos a ellas. Acepta la emoción sea cual sea. Acéptala porque es parte del momento presente y no se puede cambiar el momento presente, hay que aceptarlo tal cual es porque ya está ocurriendo y desde ahí se puede proyectar una respuesta mejor. Cuando te sientas mal piensa: “bueno, siento rabia ahora, o siento tristeza, siento lo que sea” y acéptalo, sé el espacio en el que ocurre, acepta que está ahí. Acepta el momento presente independientemente de la forma que tome. Externamente las formas cambian pero internamente tú te mantienes en un lugar de completa aceptación, dices “sí” al momento presente.

Escuchamos las malas noticias, los cotilleos, las desgracias de las demás. Hay gente a la que le encanta las malas noticias. Esto es el cuerpo del dolor también, de hecho hay publicaciones que crecen al calor de las emociones negativas, venden emociones negativas. Algunos periódicos intentan que sus titulares sean lo más negativos posibles porque saben que tienen un público, van a vender más. Cada vez hay más prensa del corazón, más noticias sobre famosos. Queremos ver a los famosos cometiendo errores. Eso es el cuerpo del dolor, este tiene que ver con el disfrute de la negatividad en cualquier forma, ya sean sucesos, historias, cosas negativas que les pueden pasar a las personas, o el disfrute del propio pensamiento negativo. El cuerpo del dolor quiere dolor del que alimentarse. Y le encanta el drama, busca el drama.

El cuerpo del dolor es una energía. Un campo de energía…Y a veces se transmuta, lo cual significa que pierde su fuerza, y de repente, toda esa energía que estaba atrapada ahí, se libera.

La liberas en el momento, aunque no tiene que ser completamente, se puede liberar toda o por partes, se puede transmutar. Se podría decir que es como poner un tronco en el fuego. El fuego es el fuego de la conciencia o la presencia. Y el cuerpo del dolor puede ser transmutado mediante ese fuego, puede ser consumido totalmente.

Lo más importante es que la gente se dé cuenta cuando el cuerpo del dolor tome el control. Ya sea cuando le pasa a una persona cerca de ti, un familiar, tu pareja, o más importante aún, cuando te pasa a ti. Aunque es más fácil verlo en otra persona que en uno mismo. Vas a necesitar más presencia para verlo en ti mismo. Pero lo principal es estar presente, darse cuenta cuando el cuerpo del dolor se activa.

Algo más que podríamos decir sobre el cuerpo del dolor es que cuando lo ves en otra persona, tienes que tener mucho cuidado. Al cuerpo del dolor no le gusta oír hablar sobre sí mismo. Cuando hables del tema con tu pareja o con alguien, ten cuidado porque si la persona ya se encuentra a merced de su cuerpo del dolor, entonces su reacción puede ser agresiva, estoy seguro de que lo que te dirán en ese momento no será precisamente agradable. No se puede discutir con un cuerpo del dolor. Nunca ganarás una discusión con un cuerpo del dolor, siempre será él el que gane. Seguirá peleando y peleando hasta conseguir tener más argumentos con los que seguir justificándose a sí mismo, es muy inteligente. Tenemos que aprender a ser más compasivos y no juzgar.

Permanecer en quietud. Y entonces… No lo alimentas y no permites que te atraiga hacia su drama. Y un cuerpo del dolor que no encuentra alimento, no puede subsistir por mucho tiempo. Tendrá que buscar otro lugar, otra persona de la que alimentarse.

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