22 de agosto de 2010

INTELIGENCIA EMOCIONAL APLICADA A SUS COLABORADORES

Empatía es entender el mundo de significados de los demás. El líder empático trata a la gente de acuerdo a sus reacciones emocionales, entendiendo su contexto. Esto no implica hacer suyas esas emociones, sino comprenderlas, pues de hacerlo así, corre el riesgo de autotransferirse los efectos cuando éstos son negativos, y en lugar de ayudar a sus colaboradores, sería uno más sumergido en el problema. Lo importante es tomar en cuenta las emociones de sus colaboradores para tomar las decisiones adecuadas que favorezcan a los objetivos del grupo. Es indispensable para el líder comprender cabalmente las emociones de su gente para conducirlas más eficazmente en las tareas que tienen que realizar, acelerar los procesos productivos y sobre todo para conservar el talento dentro de la organización, para lo cual se hace indispensable que sea un experto en escuchar y decodificar adecuadamente los contenidos emocionales. Así, por ejemplo, sería el caso del contador que no entrega la información oportunamente aduciendo: “Aquí todo es urgente, y a mí siempre me pasan atrasada la información que necesito para elaborar mi informe”. El mensaje en código es que está molesto, siente que le exigen demasiado y que no tiene apoyo. El líder primero deberá escuchar pacientemente la excusa, comprender su malestar y darse a la tarea conjunta con su subordinado de producir alternativas y tomar decisiones para que ambos logren oportunamente la meta buscada. El líder debe permanecer en un estado de alertidad para poder percibir las emociones detrás de las palabras, encontrar significados en las actitudes y sobre todo impedir la renuncia de la gente valiosa, pues se lleva un gran cúmulo de conocimientos y experiencias corporativas de gran valor. Los líderes estelares tienen la habilidad de introducirse en el corazón de su gente y percibir sus emociones, utilizan esta destreza para ayudar sinceramente a las personas y sumarlas a la productividad de la organización. Tienen además la habilidad para encontrar puntos que los unan, no diferencias que los alejen. Su optimismo es atrayente e irradia, entusiasmando a sus colaboradores para realizar la tarea con grandes expectativas de éxito. Incluso, ante la adversidad, capitalizan emociones negativas para iniciar nuevos retos. La pasión que demuestran estos líderes por el trabajo arrastra a su equipo, jalan, no empujan a sus seguidores, mantienen la mente siempre abierta, no cesan de aprender de ellos mismos y de los demás. Conocen la complejidad del mundo emocional que se refleja en la impredictibilidad de algunas de nuestras reacciones, saben que la inteligencia emocional puede ser aprendida y desarrollada en beneficio propio, de su gente y de la organización.

Miguel Ángel Cornejo
Fuente: Enciclopedia de la Excelencia
¿Cómo desarrollar líderes y culturas corporativas de clase mundial?
Tomo X, pág. 4582.

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